La historia de Rita Piçarra es un ejemplo inspirador para muchos. Tras casi dos décadas trabajando en una de las empresas más grandes del mundo, la exdirectora financiera de Microsoft Portugal decidió “retirarse” a los 44 años. Sin embargo, su retiro no es el convencional, ya que no depende de una pensión del Estado. En cambio, Rita vive de los rendimientos de sus inversiones en activos mobiliarios e inmobiliarios, lo que le ha permitido recuperar el control de su tiempo y dedicarse a lo que realmente le apasiona.Rita nació en una familia humilde en Sintra, Portugal, y fue la primera de su familia en ir a la universidad. Desde joven, mostró una gran ambición y determinación. Aunque su camino no fue fácil, logró graduarse y comenzó su carrera en el ámbito financiero, donde pronto demostró su valía. Tras iniciar su carrera en Deloitte, dio el salto a Microsoft, donde desempeñó diversas funciones en varias ciudades del mundo, incluyendo Seattle, París, Brasil y Madrid. Finalmente, logró su objetivo de convertirse en la CFO (responsable financiera) de Microsoft en su país natal, Portugal.
Pese a su éxito profesional, Rita nunca perdió de vista sus prioridades personales. La muerte prematura de su padre a los 54 años fue un punto de inflexión en su vida. “Cuando mi padre falleció de un ataque cardíaco, me di cuenta de lo frágil que es la vida. Decidí que no quería esperar hasta los 65 para disfrutar de mi tiempo”, comparte Rita. Este evento la llevó a replantearse su vida y a planificar su retiro temprano.Rita siempre tuvo claro que el ahorro era fundamental, pero también entendió que ahorrar dinero en un depósito a plazo no era suficiente para asegurar su futuro financiero. Durante su tiempo en Estados Unidos, aprendió sobre la importancia de invertir en la bolsa de valores, un concepto que no es tan común en Portugal. “Si ponemos nuestras ahorros en un depósito a plazo, la inflación se come nuestro dinero. Invertir en la bolsa me permitió obtener una rentabilidad mucho mayor”, explica.
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