Por: Ling Almánzar
A medida que se acerca el domingo, crecen las expectativas en torno a la sonada marcha que se realizará en el Hoyo de Friusa, una comunidad de Bávaro con alta presencia de haitianos y con fama de ser el infierno.
Pero no es cierto que ese lugar sea peligroso y violento, como algunos creen y propalan. En efecto, los testimonios recogidos allí hablan de una confraternidad domínico-haitiana, construida con unidad y paz social. Comerciantes criollos y haitianos, y residentes en general, llevan una vida en común, porque se necesitan unos a otros y han creado una convivencia mutua. Los lazos de solidaridad son recíprocos.
De hecho, una líder comunitaria dice que se han realizado marchas en total orden y paz, y que nunca ha ocurrido un incidente lamentable o violento en el lugar. Claro, ella reconoce que hay cierta tensión con la anunciada marcha del domingo, pero asegura que no es para alarmarse, ya que allí reina la paz y todo saldrá bien, como en las ocasiones anteriores.
“El ambiente aquí, en el Hoyo de Friusa, siempre es tranquilo; hay un poco de tensión por las cosas que se han rumorado, y la falsa perspectiva de que este es un lugar un poco inseguro; realmente, en lo general es un lugar seguro”, comenta.
Testimonios en el lugar
“Aquí, en Friusa, vivimos como hermanos y hermanas: estamos unidos dominicanos y haitianos”, expresa otra ciudadana.
Otra señora piensa que la jornada del domingo será pacífica, y destaca que los militares tienen que actuar garantizando el orden ciudadano, para que todo salga bien. Subraya que el Hoyo ha sido un lugar de trabajo y gente laboriosa.
“Aquí no es como se dice por ahí, que el Hoyo es un peligro público; no es así”, dice un ciudadano dominicano, residente en el lugar. Cree que la marcha será pacífica y en orden.
Otra ciudadana, dueña de un negocio, dice que comerciantes y clientes se entienden. Aunque reconoce que rumores y opiniones han afectado a los comerciantes, deja claro que éstos no sienten ningún tipo de temor ante posible violencia o conflictos.
“A las personas que vengan al Hoyo, que aquí no hay ningún problema”, finaliza uno de los moradores.
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